La siembra es el proceso más importante de la vida del ajo. En primer lugar se seleccionan las mejores cabezas de ajos y se procede a su degranación. Una vez degranados se eligen los mejores dientes, que serán las buenas semillas. A continuación se prepara la tierra, para ello se deja lo más sazonada posible y se abona. Cuando ya está preparada se planta el ajo, y una vez plantado se riega para asegurar que eche buenas raíces y para que nazca con fuerza. Durante los siete primeros meses, que se tardará en la crianza del ajo, se labrarán dos o tres veces y se regarán tres o cuatro, dependiendo de lo lluviosa que sea la primavera. Además se les da varios tratamientos contra la rolla, la blanquilla, etc. para obtener el máximo rendimiento y la máxima calidad. No obstante, la siembra tiene lugar en un determinado tiempo para cada variedad de ajo:  -El ajo temprano se planta por el mes de octubre, mientras que el tardío en el de noviembre.  -La variedad del ajo chino, tanto rojo como blanco, es el ajo temprano que se cosecha a últimos de mayo.  -Por otro lado, la variedad del ajo blanco o morado, que son tardíos, se recogen a últimos de junio y primeros de julio respectivamente.
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